Para 1.954 se acababa la piratería en el fútbol colombiano de acuerdo con el "Pacto de Lima", de ahí, que los grandes futbolistas retornaran a sus países de origen, provocando el desencanto general en las hinchadas del país, constante que repercutía en las escasas tribunas de los estadios.
Desaparecerían del campeonato el Pereira, Junior, Sporting y el Cúcuta Deportivo. De Millonarios saldrían Raúl Pini, Julio César Ramírez, Julio Cozzi entre otros, y ficharían Hernando “El Tigre" Moyano, Rubén Deibe, y Liborio "leticiano" Guzmán.
La campaña del plantel fue bastante pobre, alcanzando un intrascendente sexto lugar con 14 puntos en 15 partidos. Se despide de la institución, el 1 de agosto, Adolfo Pedernera, en un partido contra el Vasco de Gama, ganado por los azules 2 goles a 1.En el año de 1.955 se contrató como técnico al uruguayo Donaldo Ross y se contrataron a Luis Alberto "mono" Rubio, Bela Maltenhy Baranya, único húngaro en jugar con Millos, y un "tico" para amenizar, Ulises Alpizar. Era también la despedida del arquero Gabriel Ochoa Uribe, quien se iría al Brasil a profundizar sus estudios de medicina y a vincularse con el América de Río.
Millonarios 1954
La pimienta la pusieron los equipos antioqueños, Medellín como campeón seguido del Atlético Nacional, los embajadores ocuparon un lánguido cuarto lugar. Para la alborada de 1.956 el conjunto se reestructura entre comillas, ya que en vez de un técnico contratan a una especie de relacionista público que tenía excelentes relaciones con la directiva y los jugadores, pero era un desconocido total en el orbe del fútbol, Simón Herrerías.
A pesar de las circunstancias, el onceno demostró reguralidad en su rendimiento apoderándose del subcampeonato detrás del Atlético Quindío que sería el campeón. En el mes de octubre asume la dirección del equipo el paraguayo Delfín Benítez Cáceres y Millos aproximándose a descender a las llamas del averno.
Para el campeonato de 1.957 en el que se celebraba una década del fútbol colombiano, los embajadores contratan a los futbolistas Marino Klinger, Alberto "Cóndor" Valencia, Juan Chena y al médico Gabriel Ochoa que retornaba del Brasil.
En el primer torneo quedó último con 15 puntos y eliminado de los ocho equipos clasificados, llega el segundo torneo y ocupa un discreto cuarto lugar, la institución en crisis económica y deportiva, lamiendo las cenizas del hades, un campeonato confuso y desordenado que duraría 13 meses, y en el cual se jugarían fechas no establecidas y el campeón, Medellín, disputaría tres series extras para obtener su estrella... la locura.
Francisco "Cobo" Zuluaga
Millonarios 1957
Pero en toda oscuridad siempre hay una luz al final del túnel, y esa luz la portaba un médico, Gabriel Ochoa Uribe. Para el torneo de 1.958 por problemas económicos desaparecen el Medellín, el Atlético Nacional, Unión Magdalena y el Boca Juniors de Cali, cuadro que no volvería a participar en la primera división del fútbol colombiano.
Como hecho trascendente el máximo goleador del club en toda su historia, Alfredo Castillo, se retira del fútbol activo, fichan para el club el paraguayo Pablo Centurión, proveniente del desaparecido Boca Juniors, los argentinos Rodolfo Ávila, Orlando Larraz y Hugo Contreras, y una perla boyacense nacida en Guateque, Ricardo "pibe" Díaz. El médico Gabriel Ochoa Uribe asume la dirección del plantel en noviembre del 57 y Millos logra un subcampeonato, la mejor defensa con 42 goles, y 47 puntos, uno menos que Santa fe, el campeón de dicho rentado.
Los albores de 1.959 traían pocas modificaciones para la nómina azul, se vincularon Walter Marcolini y José Roberto Castro, argentinos, los colombianos Delio Noriega, Jaime Lugo y Edgar Bustamante.
La campaña fue exitosa de principio a fin con unas estadísticas envidiables: 22 partidos ganados, 14 empatados, y 8 perdidos, dando a la postre un título más, el quinto, y la alegría suprema, que se vería aumentada en el futuro venidero, gracias a esa luz, que sacó al equipo del laberinto de la penurias: Gabriel Ochoa Uribe.
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